El otro dia me dio por ver una pelicula triple x en Video on demand de Onelink. Una de esas que consisten de 8 o 10 escenas de sexo y ya. Con estrellas porno generiacas. Rubas. Tetas hechas. Y con una actitud de aburrimiento increible. Nunca habia escuhado tanto gemido fingido en mi vida.
Lo que me hace recordar que hubo una época cuando no era así. Cuando el porn tenía grandes ambiciones de ser algo como cine underground. Eran las películas de los 70. Las de gente normal teniendo sexo. . Las de Seka, una rubia que realmente te hacia creeer que estaba disfrutándolo todo. Y las de Jeniffer Welles, una rubia con algunas libras de msá que era la favorita de los cines x de San Juan.
Y eso es otro tema que resultará extraño a los voyerus de hoy que ven porno en la privacidad de su casa. Antes habia que ir al cine para verlas. A cines como el Miramar, donde la gente de Miramar que firmaba peticiones anti-porno los domingos en la iglesia de Perpetuo iban ver película porn en la semana.
Era un mundo raro, prohibido. De "yo no diré que te vi aquí si tú no dices que me vistes aquí." Y en verdad era algo surreal, 100 o 200 seres, extremadamente bellacos, compartiendo una experiencia cinematográfica.
Y el silencio del lugar era aún mas extraño. Nadie hablaba. Nadie reía aun cuando el film tuviera humor. Todo el mundo estaba serio. Cada persona en su mundo de fantasias sexuales, pero rodeado de gente a la vez. Que raro, ¿no?
