Siempre he pensado que la "nota" perfecta es la que da tomar dos cervezas. Después de dos, todo se arruina. Y siempre me pregunté si habría algo que reproduzca esa experiencia de dos birras.
Bueno, el otro día probé un Xanax por primera vez. Me lo dieron por un ataque de ansiedad. Y francamente es una maravilla. De pronto, el mundo se puso manejable. Todo estaba bien. Me sentía cool y confiado. No demasiado. Simplemente bien. Como después de dos Heineken. Dos Heinekens bien frías.
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