Recientemente estuve en Viena, lugar donde tiene lugar una de mis películas favoritas, "The Third Man" de Carol Reed. Y pude ver allí el Ferris Wheel donde Orson Welles dice una de las líneas más famosas de la historia del cine.
"The Third Man" es mi película cínica favorita llena de personajes con motivaciones extrañas donde el bien y el mal se confunden. El film también tiene uno de los finales más maravillosos del cine. En esta época donde los finales tienen que ser fresitas, aquí tenemos uno que demuestra que los seres humanos somos muy complejos e imposibles de entender. Y que nos dice mucho de como piensan las mujeres. Pero no puedo revelar mucho más. The Third Man es un clásico de clásicos. Ver en persona el setting de ese film fue un momento muy especial de mi viaje.
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